23 octubre 2006

El carbón no existe


Para los políticos europeos el carbón no existe. Y para los españoles aún menos. Leo hoy un aburrido artículo de Felipe Gonzalez titulado "Energía y democracia" en el que defiende —ya casi a las claras— la proliferación de la energía nuclear. Sobre los incovenientes de esta opción sólo menciona el asunto de qué hacer con los residuos radiactivos. No menciona el carbón en ninguna parte del artículo. Sí utiliza, claro, los floreros de la energía solar, la eólica, el biodiesel ... para colarnos lo decisivo: la energía nuclear.

Se le pasa mencionar que el desarrollo masivo de la energía nuclear lleva implícita la fabricación también masiva de uranio enriquecido (en donde el isótopo fisible uranio-235, alcance al menos una concentración del 3% del uranio total). Pasa por alto y parece no haberse enterado cuando estuvo en Irán —Javier Solana sí lo ha hecho en otras declaraciones— de que el enriquecimiento de uranio es el paso necesario para la fabricación de armas nucleares. Actualmente el enriquecimiento de uranio está en manos de unas pocas empresas y de unos pocos países. El principal de ellos es Francia, que en su empresa Eurodif, situada en Tricastin, en la dulce Provenza, fabrica el suministro de uranio ernriquecido para unas 100 centrales nucleares de 1.000 Mw de potencia cada una (las suyas y otras más).

Actualmente el carbón sirve de fuente para la producción del 39 % de la electricidad global y Asia consume el 58 % del total. La producción de carbón crece cada año un 1,5 % y se espera que lo siga haciendo. Pero para los europeos no existe.